Anahí. A los casi 14 años de edad, la actriz y cantante sufrió la muerte de su abuela materna, quien fue como una segunda madre para ella. Esta triste experiencia la sumió en una profunda depresión: dejó de comer, se sentía sola y tuvo que enfrentar numerosos ataques de la prensa sensacionalista, que llegó a decir que Anahí era drogadicta. Lo que pocos sabían es que estaba padeciendo anorexia.
Tuvo que superar muchos obstáculos para salir delante. Hoy colabora con organizaciones que se dedican a informar sobre los trastornos alimenticios especialmente en adolescentes.
Heidi Guenter. Esta bailarina alemana no tuvo tanta suerte como Anahí. Ella comenzó a batallar contra la anorexia y la bulimia luego de que la compañía de ballet a la que pertenecía le pidió que bajara 10 kilos. Heidi murió a los 22 años por complicaciones derivadas de su desorden alimenticio.
Sorella Englund, prima ballerina del Ballet de Dinamarca, ha sobrevivido para relatar las presiones que muchas compañías de ballet imponen a sus integrantes para mantener el peso. Ella tuvo anorexia a los 19 años y su padecimiento creció a tal punto que a los 33 años le dio un ataque al corazón.
Nancy Kerrigan. Fue una patinadora olímpica que padeció trastornos alimenticios por años. Algunas personas creen que todo comenzó cuando un atacante contratado por su más acérrima rival, la hirió en una rodilla para que no pudiera avanzar en su carrera. Nancy superó el incidente y volvió a patinar.
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