Sin el derecho, el poder que gobierna a la sociedad, sería una fuerza ciega, incontenible y fácilmente indomable. Sin el derecho, la sociedad quedaría desamparada, a merced de la voluntad y caprichos de los gobernantes de turno. El derecho racionaliza el poder político y la autoridad.
El poder positiviza al derecho y el derecho da forma al poder. El poder como principio de la realidad política, es un poder juridizado, y el derecho es un derecho positivizado: un Derecho formaliza. Sería erróneo suponer que cualquiera de estos principios estructurales es capaz de producir por sí mismo una organización; en la solución política de todo régimen hay principios jurídicos y principios de poder .