El liberalismo es un sistema filosófico, económico y político que, fundamentalmente, promueve las libertades civiles, oponiéndose rotundamente al despotismo. Como sistema, está fuertemente apegado a los principios republicanos y de este derivan el estado de derecho, la democracia representativa y la división de poderes públicos.
El liberalismo surgió de la lucha contra el absolutismo e inspiró parte de la organización del Estado de Derecho con poderes limitados—que idealmente tendría que reducir las funciones del gobierno a seguridad, justicia y obras públicas—y sometido a una constitución, que permitió el surgimiento de la democracia liberal durante el siglo XVIII, la cual se encuentra vigente en muchas naciones actuales, especialmente en las de Occidente.
El liberalismo normalmente incluye dos aspectos interrelacionados, el social y el económico. El liberalismo social es la aplicación de los principios liberales en la vida política de los individuos, como por ejemplo la no intromisión del Estado o de los colectivos en la conducta privada de los ciudadanos y en sus relaciones sociales, existiendo plena libertad de expresión y religiosa, así como los diferentes tipos de relaciones sociales consentidas, morales, etc.
El liberalismo económico es la aplicación de los principios liberales en el desarrollo material de los individuos, como por ejemplo la no intromisión del Estado en las relaciones mercantiles entre los ciudadanos, impulsando la reducción de impuestos a su mínima expresión y reducción de la regulación sobre comercio, producción, etc.
Los objetivos del liberalismo o los aspectos por los que aboga son los siguientes:
-El desarrollo de las libertades individuales y, a partir de estas, el progreso social.
-El establecimiento de un Estado de Derecho, donde todas las personas sean iguales ante la ley, sin privilegios ni distinciones, en acatamiento con un mismo marco mínimo de leyes que resguarde las libertades de la persona.
-Promover la libertad económica, apartándose por completo de las regulaciones típicas de los gobiernos absolutistas sobre la libertad del mercado.
Sus características principales son:
-El individualismo: considera al individuo como primordial, como persona única en ejercicio de su plena libertad, por encima de todo aspecto colectivo.
-La libertad como un derecho inviolable: se refiere a diversos aspectos, como libertad de pensamiento, de expresión, de asociación, de prensa, entre otras.
-Igualdad entre las personas: se refiere a diversos campos jurídico y político. Es decir, para el liberalismo, todos los ciudadanos son iguales ante la ley y ante el estado.
-Derecho a la propiedad privada: considera que es un derecho inalterable que debe ser salvaguardado y protegido por la ley, como fuente de desarrollo e iniciativa individual.
-Establecimiento de códigos: pretende la creación de compendios y códigos civiles, constituciones e instituciones basadas en la división de poderes(Ejecutivo, legislativo y judicial) y en la discusión y solución de los problemas por medio de asambleas y parlamentos.
-La tolerancia religiosa.
