Debido a que la
mayor parte de la civilizaciones americanas se mantuvieron separadas entre si,
siendo escasos las relaciones y los intercambios reciprocos.
Los españoles estimulados por el hallazgo de metales
preciosos, penetraron en el interior del territorio y fueron
sometiendo a los indígenas mediante el uso de la violencia. El oro, la plata y,
más tarde, otros productos como el azúcar, fueron los principales frutos de una
economía extractiva, que permitió, a la monarquía española, mantener su
hegemonía en Europa.
Organizaron a la población indígena para usarla como mano de obra en
la producción de los bienes que demandaba Europa. En muchas ocasiones, los
españoles impusieron a los nativos las formas laborales prehispánicas; en otras,
los obligaron a nuevas prestaciones.