Latita y Tirita se quedaron a vivir en un terreno baldío junto al mar. Días después se hicieron amigos de Flor-de-Lis, una perrita y de Voz de Cristal, un gigantesco oso. Asimismo Cara-de-palo, un conejo cascarrabias, se vinculó al clan de amigos que compartían cada momento de la existencia. Un día fueron sorprendidos por el carro-jaula de la perrera que logró cazar a Latita y Tirita, y el resto del grupo quedó lleno de desesperación. Intentaron varios planes para rescatar a sus dos amigos inseparables, pero no funcionaron. Por último sus viejos amigos del campo, los armadillos García cavaron un túnel desde la playa hasta la cárcel y rescataron a sus compañeros. Un tiempo después se cansaron del vagabundeo, se emplearon en un circo y se convirtieron en los artistas más cotizados y risueños del lugar.
