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V. En base al texto El hijo de Don Ignacio, redacte un texto argumentativo,
en el cual el hijo de Don Ignacio convence al Ingeniero en darle trabajo
(considere dos argumentos y tenga en cuenta que deberá exponerlo en la semana 7
y/u 8).

EL HIJO
DE DON IGNACIO

Participan: minero (M), ingeniero (I),
chiquillo (Ch)

M: Ingeniero, ha bajado un
chiquillo que, engrandecido, se empeña en hablar con Ud. (1)


I: ¿Conmigo? ¿Qué querrá? ¡Umm!
Bueno, anda, hazlo pasar.(2)


M: (dirigiéndose al chiquillo)
Oiga, el jefe lo espera, baje.


Ch: ¿Por qué hay tantas luces
encendidas?


M: Aquí en la gruta de la mina si
no se prenden las luces no se ve ni jota. Día y noche la mina y los mineros
necesitan luz artificial.


(Cuando llegan donde el ingeniero)

I: Y... ¿Qué quieres? ¿Por qué
has venido?


Ch: ¿Eh? Vea... como usted es el
ingeniero principal yo...yo quería hablar con usted para pedirle trabajo.
¡Tengo experiencia en teletrabajo!


I: ¿Trabajo? ¡Bah! Trabajo tú,
mírate...eres solo un chiquillo.


Ch: Sí, ingeniero; pero, yo soy
hijo don Ignacio


I: ¿Don Ignacio? ¿Don Ignacio?
¿Recuerda minero a alguien de ese nombre?


M: Don Ignacio, ¿quién será
señor ingeniero? No recuerdo ese nombre.


Ch: Soy hijo de don Ignacio,
señor, su antiguo compadre y amigo Nacho.


I: ¡Ah! ¡Tú eres hijo de Don
Ignacio! Entremos a la mina, nuestra faena aquí abajo consiste en extraer
carbón.


Ch: Sí, claro ingeniero; pero,...
recuerde, yo...yo soy hijo de don Ignacio.


M: Jefe, voy por un mandil, un
casco y un pico.


I: Gracias, no busque nada, no
necesitamos de eso... ¡Él es hijo de don Ignacio!


Ch: (sacando pecho) Exacto
ingeniero, ya lo entiende...yo soy hijo de don Ignacio.


I: A ver hijo repite: “soy-hi-jo-
de-don-Ig-na-cio”.


Ch: Soy-hi-jo-de-don-Ig-na-cio.

I: ¡Muy mal! ¡Pésimo! ¡Más
fuerte! ...como el hijo de don Ignacio. ¡Sobresfuérzate!


Ch: ¡Soy hii jo de don Iggg naaaa
cio!


I: ¡Bien! (3) Ahora
estuvo mejor. Dime, mientras gritabas ¿has visto caer solo un grano de mineral?


Ch: (habla mientras el minero
se ríe) No, no señor ingeniero, no cayó nada de mineral.


I: Así que ni susurrando ni
gritando que eres hijo de don Ignacio cayó un grano de carbón... ¡¿Y... sabes
por qué?!


Ch: Bueno Ing., yo creo
que...usted, yo...eh...creo que...


I: (interrumpiendo
enérgicamente) ¡Es muy sencillo! No ha caído nada de carbón porque al
mineral le importa un bledo que tú seas hijo de don Ignacio. Y como aquí, lo
que hace falta es arrancar el mineral de la gruta, toma este pico, esta pala,
ponte el mandil y el casco...y...si trabajas con ellos de firme, ya verás que
buenos padres tienes en tu esfuerzo.