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Sagot :
Al no existir testimonios iconográficos, la tradición oral aparece como el único o más claro espacio para extraer los elementos de la representación de este personaje en los montubios manabitas blanco-mestizos del siglo XX.
Los campesinos manabitas llaman a esta fuente del “mal”, “Diablo”; casi no lo denominan con el nombre de Satanás o Demonio. En algunos casos, como veremos, es apodado “El Silbón” y escasamente lo llaman “Lucifer”.
En las narraciones que los campesinos hacen del Diablo, casi nunca se lo describe con cuernos, ni rabo; es más bien, un hombre al que difícilmente se le puede ver el rostro, porque aparece entre las sombras nocturnas; está vestido de negro y no de rojo, como en el caso del diablo europeo, lleva un gran sombrero de alas anchas y a veces una gran capa. El Silbón suele llevar en su mano un cigarro descomunal.
Los campesinos manabitas llaman a esta fuente del “mal”, “Diablo”; casi no lo denominan con el nombre de Satanás o Demonio. En algunos casos, como veremos, es apodado “El Silbón” y escasamente lo llaman “Lucifer”.
En las narraciones que los campesinos hacen del Diablo, casi nunca se lo describe con cuernos, ni rabo; es más bien, un hombre al que difícilmente se le puede ver el rostro, porque aparece entre las sombras nocturnas; está vestido de negro y no de rojo, como en el caso del diablo europeo, lleva un gran sombrero de alas anchas y a veces una gran capa. El Silbón suele llevar en su mano un cigarro descomunal.
jueves, 29 de octubre de 2009 LEYENDAS -EL DIABLO MONTUBIO - La representación del diablo en los montubios manabitas, a través de sus narraciones.
Al no existir testimonios iconográficos, la tradición oral aparece como el único o más claro espacio para extraer los elementos de la representación de este personaje en los montubios manabitas blanco-mestizos del siglo XX.
Los campesinos manabitas llaman a esta fuente del “mal”, “Diablo”; casi no lo denominan con el nombre de Satanás o Demonio. En algunos casos, como veremos, es apodado “El Silbón” y escasamente lo llaman “Lucifer”.
En las narraciones que los campesinos hacen del Diablo, casi nunca se lo describe con cuernos, ni rabo; es más bien, un hombre al que difícilmente se le puede ver el rostro, porque aparece entre las sombras nocturnas; está vestido de negro y no de rojo, como en el caso del diablo europeo, lleva un gran sombrero de alas anchas y a veces una gran capa. El Silbón suele llevar en su mano un cigarro descomunal.
REVISTA DEL ARCHIVO HISTÓRICO DEL GUAYAS
“Lo vide.... pero no se dejó ver la cara... estaba lejos. Estaba vestido de negro... con sombrero grande y capa...” “sabía que era el Diablo porque no hacía cosas de humanos... pasar el río sin dejar ola... brincar una cerca altísima...”,12 dice Alcides Gaón, campesino de Calceta, Manabí.
Simón Cedeño Paladines recoge de la tradición oral la leyenda que él titula “De caballero a caballero”, relacionada con la tradición oral del mundo blanco mestizo del campo. En ella, describe de esta manera al diablo:
“... como a eso de las doce de la noche, oyó que debajo de la loma, cabalgaba un jinete, a todo andar, lo que lo sobresaltó y cuando el jinete se aproximaba, pudo notar un caballo negro gordo, que daba cierto brillo. El jinete era un hombre con sombrero de alas grandes y muy bien vestido, lo que indicaba ser un hombre acaudalado de la comarca...”.
En la versión de Marieta Armada Luzardo García, de Jipijapa –por lo tanto más conectada con la tradición oral de mundo cholo–, los patrones de representación tienen propiedades similares y distintas a la vez:
12 Alcides Gaón, Testimonio oral, noviembre del 2002. (Este personaje es de origen montubio, nacido en Calceta. Trabaja como guardián en Portoviejo).
13 Simón Cedeño Paladines, Nuestro campo. Leyendas inéditas,Portoviejo, Archivo de La Casa de Horacio.
14 Marieta Amada Luzardo García, “Cuentos y relatos (leyendas) folclóricas montubias”. (Cuaderno inédito, Portoviejo, Archivo documental de La Casa de Horacio).
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