Los hijos del labrador

Los dos hijos del labrador, el primero llamado Juan y el segundo llamado Ernesto, reñían por cosas sin importancia, por ejemplo, a quién le correspondía el turno de manejar el arado, cuál era el más rápido para limpiar los surcos, quién era el mejor montando a caballo, quién hacía las cosas mejor, etc.

Cada vez que discutían dejaban de hablarse, y uno le echaba la culpa al otro cuando las cosas no salían bien. Eran tan tercos y orgullosos que se negaban a cumplir sus deberes.

Los resultados de estas frecuentes luchas eran graves: la hacienda se quedaba sin que nadie trabajara o cuidara de ella.

El labrador, que era un hombre inteligente y observaba la situación con paciencia, decidió darles una buena lección y les dijo:

- Vayan al potrero que queda cerca del bosque, recojan todos los leños que encuentren y tráiganlos.

Los muchachos obedecieron a regañadientes, y una vez en el potrero, empezaron a competir para ver quién recogía más leños. Juan, el más fuerte y un año mayor que su hermano, empezó a recoger los leños lo más rápido que pudo. Tuvo algunos obstáculos, entre ellos, que su zapato estuviera roto y le entraran muchas piedras, pero esto no le importó y siguió con su tarea. Luego, se dio cuenta de que el corral de las gallinas estaba abierto y que estas por allí se escapaban; muy presuroso, cerró el corral y siguió recogiendo los leños.

Mientras tanto, Ernesto, el hermano menor, también recogía los leños, a él se le presentaron otros obstáculos, por un lado, su camisa estaba rota y el frío penetraba por todos sus huesos, pero, a pesar de todo ello, seguía recogiendo los leños. Por otro lado, se había olvidado de llevar su alimento, y era tanta el hambre que tenía, que sus tripas hacían una fiesta en el estómago. Aun así, fue perseverante y terminó su tarea.

Cuando estuvieron frente a su padre, este les dijo:

- Junten todos los leños y amárrenlos fuertemente con esta cuerda.

Los muchachos hicieron lo que su padre les pidió.

- Veamos ahora quién es el más fuerte de los dos. Traten de partir este haz de leña – dijo el padre.
Los hijos del labrador se dedicaron a ello con feroz empeño, poniendo los pies sobre el haz y jalando con todas sus fuerzas, primero por turnos y luego los dos juntos, y no pudieron partirlo.

- Desaten el haz y ahora traten de partir los leños uno por uno – les pidió.

A los pocos minutos, todos los leños estaban partidos.

Con gran firmeza, el padre les dijo:

- Lo mismo que acaba de pasar con estos débiles leños puede pasar con cualquiera de nosotros si nos separamos. La discordia no conviene cuando se trabaja por una misma causa; trabajar por separado no hace que hagamos las cosas más rápido. En cambio, si nos unimos, seremos muy fuertes y resistentes, terminaremos más rápido y nadie podrá hacernos daño con facilidad. Esopo
2. Complete las siguientes oraciones
 Cada vez que discutían uno echaba la _______________________ al otro cuando las cosas no salían _____________________
 Los muchachos obedecieron a ____________________________ y empezaron a trabajar.
 Ellos estaban ___________________ ante la sabiduría de su padre.
3. Responda
¿Por qué cree que el labrador dio una lección a sus hijos? _____________________________________________________________________________________________________
¿Qué quiere decir la moraleja < __________________________________________________________________
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4. Escoja la respuesta. Según su parecer, ¿por qué es importante ayudarse entre hermanos? Coloque una X

Para valorar nuestras capacidades. Para cumplir bien con una tarea.

Para sentirnos queridos. Para compartir responsabilidades.
* Explique por qué.
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5. Responda
* Según su opinión, ¿está bien la actitud de los hermanos de ser egoístas y trabajar solos? ¿Por qué?
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