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Ensayo de los siguientes textos:

a) Apología de Sócrates (Platón). b) Sobre la brevedad de la vida (Séneca).

Sagot :

a) Apología de Sócrates (Platón).

Sócrates comienza diciendo que no sabe si los atenienses (asamblea general) han sido ya persuadidos por los que lo acusan. Este comienzo es crucial para establecer el tema de todo el discurso, pues es frecuente que Platón comience sus diálogos socráticos exponiendo la idea general del texto. En este caso, el diálogo se abre con "¡Ciudadanos atenienses!, Ignoro qué impresión habrán despertado en vosotros las palabras de mis acusadores". Este ignoro, de hecho sugiere que la filosofía expuesta en la Apología va a consistir enteramente en una sincera admisión de ignorancia, pues todo su conocimiento procede de su no saber nada: "Sólo sé que nada sé".Sócrates pide al jurado que no le juzgue por sus habilidades oratorias, sino por la verdad que estas convocan. A su vez, asegura que no va a utilizar ornamentos retóricos ni frases cuidadosamente preparadas, sino que va a decir en voz alta lo que se le pase por la cabeza, las mismas palabras que utilizaría en el ágora y en las reuniones, pero a pesar de esto demuestra ser un maestro en retórica, y que no es solo elocuente y persuasivo, sino que sabe jugar con el jurado. El discurso, que ha puesto a los lectores de su lado durante más de dos milenios, no consigue ganarle el juicio. Sócrates fue condenado a muerte, y ha sido admirado por su calma aceptación de ello.

Sócrates dice que tiene que rechazar dos tipos de acusaciones diferentes: los viejos cargos de que es un criminal y un curioso que pregunta hasta al cielo y la tierra, y los más recientes cargos legales de corromper a los jóvenes y de creer en cosas sobrenaturales de su propia invención, en vez de los dioses de la polis.Sobre los viejos cargos dice que son el resultado de años de rumores y prejuicio, y por lo tanto no pueden ser respondidos. Sócrates desvirtúa estos "cargos informales" dándoles una apariencia legal diciendo: "Sócrates comete delito al investigar los fenómenos celestes y subterráneos, debido a que, según ellos, convierte el argumento más débil en el más fuerte, instruyendo esto a otros, y sin creer en los dioses, es decir, es ateo". También dice que estas alegaciones nacieron de la boca de cierto poeta cómico, es decir,Aristófanes.La apasionada defensa de Sócrates al ser acusado de sofista, no es más que una distracción de las otras, más graves, acusaciones, pues los sofistas no eran condenados a muerte en Grecia; al contrario, eran frecuentemente buscados por los padres para ser tutores de sus hijos, por lo que Sócrates dice que no puede ser confundido con un sofista, ya que éstos son sabios (o creen que lo son), y están bien pagados, mientras que él es pobre (a pesar de ser frecuentemente visto en las mesas de juego), y dice no saber absolutamente nada.

b) Sobre la brevedad de la vida (Séneca)

En él, Séneca afirma que la vida, aunque lo pueda parecer, no es breve, sino que es el individuo quien hace que así lo sea. Uno de los motivos por los cuales se considera que la vida es corta, es porque no se sabe aprovecharla.

Séneca aconseja que no se debe perder el tiempo en investigar asuntos que en realidad carecen de importancia y, sin embargo, sí se debe aprovechar bien el tiempo propio.Para evitar que la vida parezca breve, hay que intentar no estar ocupados, pues como dice el propio filósofo hispano "[...] mientras tú estás ocupado huye aprisa la vida [...]".En este libro también se mencionan conceptos como la fugacidad del tiempo presente hasta el punto de casi negar la existencia. "En tres tiempos se divide la vida: en presente, pasado y futuro. De éstos, el presente es brevísimo; el futuro, dudoso; el pasado, cierto". En efecto, lo único que se puede sentir como cosa real, es el pasado. (este concepto también se repite en el libro De consolación). El pasado es, pues, el único tiempo que permanece en la presencia del individuo, mientras que el presente consiste simplemente en instantes.Para Séneca, aquel que mejor vive la vida, es el sabio, ya que recuerda sabiamente el pasado, sabe aprovechar el presente y dispone el futuro. Esta unión de los tres tiempos, hace posible que la vida del sabio sea larga; y muy corta la de aquellos que se olvidan del pasado, descuidan su presente y miran al futuro con miedo y temor.