Se desconocen los comienzos exactos de la música. Los mitos populares los han relacionado siempre con un origen divino y, desde la época primitiva y durante la antigüedad, la música se relaciona con el culto, el rito, lo mágico y lo invisible. Sólo en épocas posteriores se convierte la música, por sí misma, en un arte de expresión estética.
En el mundo occidental, la idea de música se remonta a la antigüedad griega, Anatolia, Mesopotamia, Egipto y Palestina, además de otras manifestaciones musicales (aún vigentes) como India, China,...
Los testimonios más antiguos de la música son los hallazgos arquelógicos de instrumentos (los más antiguos son del paleolítico), las fuentes escritas (glosas, estudios, literatura, historia, teoría musical, etc.) y las grabaciones sonoras (desde 1877, tras el invento del fonógrafo).
La etnología musical, que estudia la música de las civilizaciones y pueblos primitivos, ha contribuido notablemente al conocimiento de la música primigenia y su concepción en la humanidad.
Existen teorías, desde finales del siglo XVIII, que hablan sobre el origen de la música en distintos ámbitos: el lenguaje humano, los gritos, las interjecciones emocionales, las voces de animales o el canto de los pájaros (como introdujera Darwin).
Hay que subrayar que, aunque los conceptos musicales han ido variando y evolucionando a lo largo de la historia, algunos tipos de instrumentos han experimentado un desarrollo casi insignificante o imperceptible (véase, por ejemplo, la gama de los instrumentos de percusión).
A partir de aquí, si nos centramos en la tradición griega y otras manifestaciones de la antigüedad, podemos construir la historia de la música occidental.
