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Sagot :
La cultura se nos presenta como una totalidad que norma la vida de un grupo humano, pero está compuesta en verdad por una multitud de partes o elementos interrelacionados.
Las unidades mínimas de la cultura se denominan rasgos. La unión de varios rasgos sobre una base coherente forma un complejo. Así, la vivienda es un complejo en el que se asocian múltiples rasgos. En la investigación no se debe aislar a los rasgos del complejo del que forman parte. A los complejos, a su vez, no se debe aislarlos de la rama de la cultura a que pertenecen. Así, por ejemplo, no se separará a la máscara de la indumentaria de una determinada danza, y a esta danza de la danza, como una rama de la cultura. Un rito funerario o matrimonial, el tequio o una tambora son complejos, pues reúnen varios rasgos.
Suele hablarse de foco cultural para señalar la tendencia de toda cultura a presentar mayor complejidad, mayores variaciones en determinados aspectos del conjunto. Se desarrollan así ciertas fases de la vida, mientras otras permanecen relegadas. El foco de una cultura es entonces el conjunto de características más sobresalientes de la misma.
En la cultura hay aspectos materiales y aspectos espirituales. Los primeros dan respuestas a las necesidades materiales del hombre, como beber, comer, protegerse de las inclemencias del tiempo, defender su vida, trasladarse de un sitio a otro. Los que no se relacionan con estas necesidades son los aspectos espirituales de la cultura. Podemos hablar así de necesidades materiales y necesidades espirituales. Un cántaro, una red, un cuchillo, una canoa se relacionan con las primeras. Un violín, un poema o una danza se relacionan con las segundas, así como las decoraciones que se le hacen al cántaro o la canoa. Pero no debe confundirse esto con lo que se llama cultura material y cultura espiritual de una sociedad. La cultura material hace referencia sin distinciones, a todos los objetos producido por una cultura, por lo que una cerbatana y una flauta entran en la misma categoría, pese a satisfacer necesidades distintas. La cultura espiritual está constituida por la música, por la danza, las normas de conducta, las creencias, la poesía y las narraciones orales, y todo tipo de comportamiento y obra que no deje una huella material visible. Así, en la danza, los trajes de los danzantes serían ya cultura material.
La cultura posee aspectos manifiestos y aspectos encubiertos. Así un antropólogo que llegue a la comunidad podrá ver y describir los objetos que usa la gente (casas, vestimentas, utencilios, etc) pero hay aspectos a los que no podrá acceder nunca plenamente a través de la simple observación. Por ejemplo las creencias religiosas, los poderes que atribuyen a determinadas plantas, los valores morales. Para comprenderlos bien precisará de un informante, es decir, de alguien que pertenezca a esa cultura. Los primeros son los aspectos manifiestos. Los últimos, son los aspectos encubiertos de una cultura. Estos consisten en conocimientos, actitudes y valores, es decir, en fenómenos de tipo psíquico. Al estudiar los mismos se penetra en el terreno de la psicolgía, tanto individual como social.
Las unidades mínimas de la cultura se denominan rasgos. La unión de varios rasgos sobre una base coherente forma un complejo. Así, la vivienda es un complejo en el que se asocian múltiples rasgos. En la investigación no se debe aislar a los rasgos del complejo del que forman parte. A los complejos, a su vez, no se debe aislarlos de la rama de la cultura a que pertenecen. Así, por ejemplo, no se separará a la máscara de la indumentaria de una determinada danza, y a esta danza de la danza, como una rama de la cultura. Un rito funerario o matrimonial, el tequio o una tambora son complejos, pues reúnen varios rasgos.
Suele hablarse de foco cultural para señalar la tendencia de toda cultura a presentar mayor complejidad, mayores variaciones en determinados aspectos del conjunto. Se desarrollan así ciertas fases de la vida, mientras otras permanecen relegadas. El foco de una cultura es entonces el conjunto de características más sobresalientes de la misma.
En la cultura hay aspectos materiales y aspectos espirituales. Los primeros dan respuestas a las necesidades materiales del hombre, como beber, comer, protegerse de las inclemencias del tiempo, defender su vida, trasladarse de un sitio a otro. Los que no se relacionan con estas necesidades son los aspectos espirituales de la cultura. Podemos hablar así de necesidades materiales y necesidades espirituales. Un cántaro, una red, un cuchillo, una canoa se relacionan con las primeras. Un violín, un poema o una danza se relacionan con las segundas, así como las decoraciones que se le hacen al cántaro o la canoa. Pero no debe confundirse esto con lo que se llama cultura material y cultura espiritual de una sociedad. La cultura material hace referencia sin distinciones, a todos los objetos producido por una cultura, por lo que una cerbatana y una flauta entran en la misma categoría, pese a satisfacer necesidades distintas. La cultura espiritual está constituida por la música, por la danza, las normas de conducta, las creencias, la poesía y las narraciones orales, y todo tipo de comportamiento y obra que no deje una huella material visible. Así, en la danza, los trajes de los danzantes serían ya cultura material.
La cultura posee aspectos manifiestos y aspectos encubiertos. Así un antropólogo que llegue a la comunidad podrá ver y describir los objetos que usa la gente (casas, vestimentas, utencilios, etc) pero hay aspectos a los que no podrá acceder nunca plenamente a través de la simple observación. Por ejemplo las creencias religiosas, los poderes que atribuyen a determinadas plantas, los valores morales. Para comprenderlos bien precisará de un informante, es decir, de alguien que pertenezca a esa cultura. Los primeros son los aspectos manifiestos. Los últimos, son los aspectos encubiertos de una cultura. Estos consisten en conocimientos, actitudes y valores, es decir, en fenómenos de tipo psíquico. Al estudiar los mismos se penetra en el terreno de la psicolgía, tanto individual como social.
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