Una tormcóla exla Pazar
Era un bocbomoso rezancia barde, niños y nidas, fumos a dar uma por la
llanura
Estábárhos-más o menosta nas tres cuachas de la casa, cuando percibió una escuridad al
Roeste, empezando a cubrir el cielo de aquellado tan rápidamenc que alarmados, corrimos a
refugiares en nuestro fogar, ktoda/carfeta. La estupenda starenta negro-apizarrada, mézclada con
subct amárilleolas de polvo, pos gano y antes que caráramos la tranqucra, los gatos de terror de
lo/pajaros llegaron a nuestros odos, y volviendo la cabeza, vimos cantidad de gaviotas y chorlos
volando con loca velocidad al frente del huracán, tratando de adelantarse á el.
Luego fun cnjabre e grandes alguaciles paso como una nube sobre nosotros,
desapareciendo al mistante. En plenomento en que llegábamos ante el portón, las primeras
grandes golas nos salpicaron en som de barro liquido.
La luz de la mañana siguien nos revebel daño sufrido. Zapallos, calabazas y sindias
encontrabanse hecho pedazos. La mayor parte de las verduras y el maiz fue destruida. Los árboles
frutales también hablan sufrido enormemente. Cuarenta o cincuenta ovejas murieron, y cientos más
half banse lan dañadas, que por espacio de muchos días caminaron rengueando o parecían atontadas
consecuencia de los golpes recibidos en la cabeza.​