Una fría neblina llegaba desde la bahía atravesando los bosques, llegando a mi habitación tapada por la nieve fría y una niebla que enceguece como un humo en las montañas, ubicada en un bosque parecer a lo siniestro. De repente, llegando de talar árboles a la medianoche escucha el viento hacer ruido, crujiendo la madera y a la luz de la luna, en una colina, un lobo. Las cortinas se movían al compás del viento, rotas, viejas, con telarañas. Estaba acostado, cómodo, mirando el techo, cuando de repente escucho un grito desde afuera, me levanto rápidamente y salgo afuera a ver que era ese ruido. -Siento que alguien me mira, yo lo sé-Gritó. Miró para todos lados hasta que vio a un búho, ahí me tranquilicé. Moví la cabeza con lentitud sonriendo y sudando. Empecé a correr con toda la neblina que nublaba mis ojos, de pronto humo, habían quemado algo. Pestañeé, mire para todos lados y entonces estaba perdido.