Aristóteles fue quizás el primero en la tradición occidental en mirar la mecánica de cualquier manera estructurada. Filósofo, más que físico, Aristóteles pensó en la forma en que los objetos interactúan entre sí, en particular sus movimientos.
Una de las ideas que surgieron del trabajo de Aristóteles es que los objetos "como" permanecen en reposo. Esto parece bastante razonable: coloque un libro sobre una mesa y déjalo quieto, empújelo suavemente y se moverá hasta que se detenga. Sin embargo, esto plantea la pregunta: ¿qué sucede cuando lanzamos un objeto? Nuestra mano deja de presionar, pero el objeto continúa moviéndose. Del mismo modo, cuando lanzamos una pelota, continúa moviéndose. La respuesta de Aristóteles fue ímpetu.
Cuando un objeto es movido por otro (su mano, por ejemplo, tirando una pelota), acumula ímpetu. Cuando la máquina deja de actuar sobre el movimiento, el ímpetu que acumuló mientras se actuaba se usa para continuar el movimiento. Bajo este modelo, esperaríamos que los objetos mostraran trayectorias en línea recta en lugar de las trayectorias parabólicas que vemos cuando arrojamos un objeto.
