La
característica más resaltante del suelo del bosque amazónico son lluvias
abundantes. En el transcurso de un año, una porción de bosque tropical recibe
entre 1,500 y 3,000 mm de lluvia. Esto crea la típica atmósfera tropical de un
bosque lluvioso, con una temperatura promedio de alrededor de 24 °C o más.
A
pesar de la apariencia mojada e intensa humedad (alrededor del 100%) de los
bosques tropicales, en sus suelos existe evidencia de incendios en los últimos
mil años, los cuales ocurrieron durante períodos de sequedad prolongada.
La mayor parte de los suelos
amazónicos son pobres en nutrientes y tienen un bajo potencial de retención,
especialmente en lo referente al calcio, al potasio y al fósforo. Sin embargo,
sobre los suelos pobres crece una tupida vegetación, lo que ha llegado a
confundir a muchos, porque se supone "que debajo de un bosque ubérrimo
existen suelos fértiles".