La emancipación, concepto que nace en la época romanticista europea, específicamente, a partir de la revolución francesa, tiene como objetivo único, reconocer que cada individuo es un mundo independiente. Nuestras relaciones interpersonales, tanto familiares como colectivas, nos llevan a compartir espacios, ideas, vivencias, sueños, anhelos, desavenencias y alegrías que van, de un momento a otro, marcando nuestro espacio en la sociedad. La mayor parte de las veces, más que señalar nuestro espacio, dicta nuestro destino. Es en este punto donde el concepto de emancipación toma fuerza. Todos y cada uno de nosotros podemos, con las herramientas necesarias, llegar a vivir la vida que deseamos vivir.
