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COMO SE RELATAN LOS SIGUIENTES PROCESOS EN LA IBLIA HEBREA : LA UNIFICACION DE LAS 12 TRIBUS DE ISRAEL EN UN NUEVO ESTADO CETRALIZADO, EL CISMA EN DOS REINOS Y EL CAUTIVERIO EN BABILONIA

Sagot :

Las doce tribus de Israel: Jacob, el nieto de Abraham cuyo nombre fue cambiado a Israel, tuvo doce hijos. Sus descendientes se han llegado a conocer como las doce tribus de Israel o el pueblo de Israel. Las doce tribus son: Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón (hijos de Jacob y Lea); Dan y Neftalí (hijos de Jacob y Bilha); Gad y Aser (hijos de Jacob y Zilpa); José y Benjamín (hijos de Jacob y Raquel) (Gén. 29:32 a 30:24; 35:16–18). Antes de morir, Jacob dio una bendición a cada uno de los líderes de las tribus (Gén. 49:1–28). Para una información más detallada, véase en esta Guía el nombre de cada uno de los hijos de Jacob.                                             EL CISMA DE LOS DOS REINOS  1.      Tras la novedad de los reyes, viene el cisma de los dos reinos y una etapa de la historia (siglos IX y VIII) marcada por la separación de Israel y de Judá. Es una época que pasa por fuertes experiencias y que cuenta con grandes profetas: Elías, Eliseo, Amós, Oseas, Isaías. 

2.      Al morir Salomón, el año 931, le sucede su hijo Roboán. En Judá es aceptado sin problemas. Sin embargo, en Israel le ponen una condición: aliviar el yugo que les puso su padre. La condición es rechazada y se produce el cisma. Entonces Jeroboán es proclamado rey de Israel (1 Re 12,20). Acusado de rebeldía y amenazado de muerte por Salomón, se había refugiado en Egipto. Al volver del destierro, es recibido con los brazos abiertos. El nuevo rey corta los lazos con Judá. Israel no tiene por qué ir al templo de Jerusalén a venerar el arca de la alianza. Como símbolo de unidad religiosa, recurre al toro y coloca uno en Betel y otro en Dan (1 Re 12,26-33). El toro tenía un significado idolátrico. En los descubrimientos arqueológicos, el toro aparece como un importante símbolo de Baal, dios de la fertilidad.

3. Desde los tiempos de David, los cananeos quedan integrados en la población local, pero siguen con sus costumbres. Rinden culto a los dioses de la fecundidad: Baal y Astarté. Sus lugares de culto admiten la prostitución sagrada. La tentación cananea acecha a los israelitas, a quienes se les promete ser como dioses (Gn 3, 5). Sin embargo, la forma pagana de vivir es incompatible con el Dios de Israel: Derribarás sus altares, destruirás sus estelas, talarás sus árboles sagrados (Ex 34,13). Sobre los altares se sacrifican animales y se queman ofrendas. Las estelas (o cipos) se consideran una representación de la divinidad masculina (2 Re 10,20-26). Los árboles sagrados son símbolo de la fuerza de la vida. Se cree que las relaciones sexuales debajo de esos árboles transmiten la vitalidad de la diosa (Os 4,13-14). La prostitución sagrada está asociada al culto de la diosa Astarté (2 Re 23,7).

5.      El conflicto es inevitable. Hacia el año 860, los profetas de Baal gozan de la protección del rey Ajab y de su esposa Jezabel: Entonces surgió el profeta Elías como fuego, su palabra quemaba como antorcha (Eclo 48,1). Elías plantea el dilema: ¿Hasta cuándo vais a estar cojeando con los dos pies? Si el Señor es Dios, seguidle; si Baal, seguidle a éste (1 Re 18,21). La desproporción es total. Elías queda solo como profeta del Señor, mientras que los profetas de Baal son cuatrocientos cincuenta (18,22). Tras una pertinaz sequía, Elías proclama que el Señor de la historia lo es también de la naturaleza y de la lluvia. Testigo de la alianza, peregrina hasta el Horeb, el monte de Dios, y le expone al Señor su crítica situación: Ardo en celo por la gloria de Dios, porque los israelitas han abandonado tu alianza, han derribado tus altares y han pasado a espada a tus profetas; quedo yo solo y buscan mi vida para quitármela (19,10). Finalmente, arrebatado en un carro de fuego, Eliseo recoge su manto (2 Re 2,11-13). 4.      Como agricultores, los cananeos celebran la fiesta de primavera (ácimos), la fiesta de la recolección (cinco semanas después), la fiesta de las tiendas (en el otoño). Bajo los árboles sagrados, en las chozas de ramajes, cananeos y cananeas actualizan la unión de Baal y Astarté. 

*Se conoce con el nombre de Cautiverio de Babilonia o Cautividad de Babilonia al periodo que comenzo en el 607 a.e.c , en que buena parte del pueblo judío fue forzado a desplazarse desde Palestina hasta la capital del imperio de Nabucodonosor II. Terminó con la conquista de Babilonia por los persas (Ciro) en el 537 a.e.c La deportación sucedió en dos fases, una en torno al 597 a.c., que afectó a las clases altas laicas, y otra, más general, en el 586 a.e.c a raíz de la destrucción de Jerusalén, que no obstante no afectaba a los campesinos pobres (que son siempre la mayoría de la población). La liberación por Ciro significó la vuelta de muchos judíos a Palestina, pero la mayoría engrosó lo que se conoce con el nombre de diáspora o comunidad judía en el exterior, que ya era numerosa en algunos lugares, como Egipto.