Hay un conflicto de dos personas en el texto. Uno confundido y curioso que busca la respuesta al problema del hombre de no tener la libertad de moverse verticalmente por la gravitación, y el otro al que le interesa más el tiempo, el mismo del que "no podemos escapar". No obstante, no es un hecho en el que todos crean, el hombre al que le intriga el tiempo presenta una reflexión inquietante en la que nos dice que la mente es inmaterial, que podemos saltar hacia tras los momentos pero no nos damos cuenta porque vivimos huyendo del presente. El psicólogo queda atónito al ver que su emisor es un viajero del tiempo, pero no puede convencerse jamás de que eso sea cierto, el viajero muestra todos sus avances científicos como prueba de que él deseaba hacer esa máquina hace tiempo y emocionado Filby pensó en lo mágico que sería aprender el griego de los propios filósofos Homero y Platón o presenciar la batalla de Hastings.
