Respuesta:
1. Reduce tu consumo personal.
La comida que comemos, las cosas que compramos, la forma en que alimentamos nuestros hogares y la forma en que elegimos viajar contribuyen de alguna manera al cambio climático. La producción de nuestros artículos cotidianos no solo requiere energía y recursos que afectan el medio ambiente, sino que también emiten gases de efecto invernadero a la atmósfera, lo que contribuye al aumento de las temperaturas globales.
Al reducir tu consumo de productos animales, te conviertes en un consumidor más consciente, y luego puedes cambiar al uso de energías renovables, por ejemplo, al elegir modos de transporte más ecológicos, como ir en bicicleta al trabajo, ya que así podemos ayudar a reducir nuestras huellas de carbono y avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. "Así como los problemas están interrelacionados, las soluciones a la pobreza, la desigualdad, el cambio climático y otros desafíos mundiales también están interrelacionadas", dijo Liu Zhenmin, subsecretario general de las Naciones Unidas para asuntos económicos y sociales.
2. Evitar que los desechos entren a los océanos.
El océano es un recurso para miles de millones de personas que viven en el planeta, sin embargo, se estima que 8 millones de toneladas de plástico ingresan al océano cada año debido a la contaminación y al mal manejo de los desechos. Esto es equivalente a un camión de basura lleno de desechos que se vacía en el océano cada 60 segundos. Y la situación se debe principalmente a que solo el 9% del plástico se recicla y gran parte del plástico llega a los cuerpos de agua donde amenaza la vida marina y contamina las fuentes clave de agua. Para 2050, se estima que, en peso, habrá más plástico que peces en el mar.
Todos podemos desempeñar nuestro papel en mantener el plástico fuera del océano, proteger la vida marina y el medio ambiente, y combatir el cambio climático al reducir nuestro uso de plástico. Si puedes, evita el uso de sorbetes o trae tu propio sorbete reutilizable. Rechazar las bolsas de plástico de un solo uso en favor de tu propia bolsa reutilizable, es también importante. Y llevar tus propias tazas reutilizables a las cafeterías, es también una gran opción, ya que algunas incluso ofrecen descuentos por hacerlo.
3. Exige acción y participa.
Independientemente de dónde vivas, es probable que los impactos del cambio climático se sientan cerca. Los patrones climáticos cada vez más impredecibles, los desastres naturales más frecuentes y las temperaturas extremas se están convirtiendo en la norma en muchos lugares.
Al menos 749 municipios en todo el mundo ya han declarado emergencias climáticas, pero aún se necesitan medidas urgentes, y tú puedes ayudar pidiéndole a los líderes del mundo para que actúen sobre este tema ahora. Preséntate en audiencias comunitarias, protestas políticas, charlas educativas y días de voluntariado y haz que se escuche tu voz. Tales oportunidades y eventos a menudo se publican en periódicos locales y los activistas de la comunidad los comparten en las redes sociales.
4. Responsabiliza a tus líderes locales.
La acción individual es clave para combatir el cambio climático, pero no es suficiente. Al responsabilizar a los líderes locales por los cambios que queremos ver, podemos garantizar acciones a un nivel superior. Los alcaldes de las ciudades, por ejemplo, son directamente responsables ante sus electores porque tienen más probabilidades de interactuar con ellos cara a cara. En 2015, los 193 estados miembros de la ONU adoptaron la Agenda 2030 en un esfuerzo por asegurar el crecimiento económico, la inclusión social y la protección del medio ambiente para todos. A falta de 10 años para lograr esta propuesta a tiempo, las ciudades se han vuelto más cruciales que nunca en la lucha contra el cambio climático.
Explicación:
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