Los Ojos del Perro Siberiano
La discriminación es una forma de violencia que no se castiga, pero que daña a quien le caiga el golpe invisible haciéndolos a un lado de la sociedad y haciéndolos sentir rechazados de su propio entorno. La discriminación puede deberse a diferencias raciales, por cualidades físicas o incluso por alguna enfermedad. El último de estos factores es la causa de la problemática principal del libro. En El Perro Siberiano, Ezequiel, el hermano mayor del narrador, sufre de SIDA, lo que le provoca rechazo no sólo a él, si no también a su hermano, que se queda con la discriminación mucho tiempo después de que Ezequiel parte.
Aunque esta historia se desarrolla en Argentina, en todo el mundo hay lugares donde las diferencias se marcan de manera despectiva. ¿Qué sucedería si la trama se hubiera desarrollado en México? Seguramente se habría reaccionado de manera muy similar: Ezequiel habría perdido su empleo, su pequeño hermano habría sufrido de represión en su escuela, porque hay que mencionar que la crueldad infantil es una de las más duras, porque su sinceridad es brutal. La intolerancia es una de las enfermedades más dañinas en nuestro país, porque no nos deja crecer, nos divide y destruye la promesa de un cambio en la nación. Por desgracia, a pesar de la “avanzada civilización”, nosotros seguimos haciendo separaciones por factores pequeñísimos, acomodando las prioridades de manera peculiar, más bien de manera horrible.
Pero, ¿Cuál es la solución para este enorme problema que nos persigue e invade? ¿Existe una ley escrita para terminar con esto? ¿cómo podemos empezar? Con respeto. Respeto y tolerancia. Tratar a los demás como quieres ser tratado. ¿Qué importa la religión, el género, la situación social o económica, o incluso la condición física de las personas? Todos poseemos los mismos derechos, las mismas obligaciones y las mismas oportunidades de alcanzar nuestras metas.
Todos tenemos que poyarnos, tenemos que tomarnos de las manos para salir adelante, ya que un país depende de sus ciudadanos, y los ciudadanos tienen que ayudarse entre sí para salir, no jalarse entre nosotros para hundirnos cada vez más.
Una solución ideal sería acabar con la ignorancia que generan los mitos acerca del SIDA: se dice que se contagia de las maneras más peculiares, cuando la realidad es que hay pocas maneras de contagiarse de esta enfermedad tan mortal como los perjuicios que ésta genera. Con un poco más de educación podríamos comenzar con la tarea de matar el virus de la discriminación.
