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Las 120 maneras de dejar de tomar azucar

Sagot :

Las 120 maneras de dejar de tomar azucar

1.-Decide si quieres dejarla de golpe o reducirla poco a poco. Al decidir dejar de consumir cualquier alimento, debes decidir si lo harás de golpe o lo sacarás poco a poco de la dieta.

2.-Escribe en un diario. Dejar el azúcar no siempre es fácil. Además, buscar otros alimentos para sustituir el azúcar en la dieta puede ser difícil o llevar mucho tiempo. Empieza a escribir en un diario sobre los alimentos, el plan de dieta y cómo te sientes al eliminar el azúcar de la dieta.

3.-Crea un plan para contrarrestar los síntomas de abstinencia. Al igual que con muchas adicciones a la comida, al dejar de consumir cierto alimento, es posible que sufras algunos efectos secundarios. Estos síntomas son normales y se espera que aparezcan.[3] Recuerda que básicamente el azúcar es una droga. Al dejar de consumirla, se pueden producir síntomas de abstinencia y antojos. Esto pasará, pero la etapa inicial podría ser un poco complicada.

4.-Escribe un plan para superar los antojos. Durante las primeras semanas, quizás sueñes con los cupcakes, el helado y los caramelos, pero ten la seguridad de que esos antojos desaparecerán con el tiempo. Mientras tanto, trata de controlarlos de la siguiente forma:

Diluye las bebidas dulces. Mezcla las bebidas carbonatadas normales con agua pura o con agua de seltz sin azúcar. Diluye también los jugos y las demás bebidas endulzadas con un poco de agua. Hazlo hasta que te sientas cómodo al beber solo agua u otras bebidas sin azúcar.

5.-Únete a un programa de dieta o a un grupo de apoyo. Dejar de consumir azúcar no es fácil, así que quizás sea de utilidad contar con el apoyo de otras personas que estén pasando por la misma situación. En lugar de intentar hacerlo a solas, únete a un programa grupal o a un grupo de apoyo.

Explicación:

espero te sirva

Explicación:

Qué la hace tan dañina?

Es importante recordar que el azúcar natural y el refinado no son lo mismo. Los hidratos de carbono simples o de absorción rápida (fructosa, glucosa, galactosa, entre otros), que contienen de forma natural algunos alimentos como la fruta o la leche, también son azúcar, pero una que aporta energía y nutrientes al cuerpo, por lo que es necesaria en la alimentación.

Por otra parte está el azúcar refinada, elaborada a partir de caña de azúcar o remolacha, y que es agregada a los alimentos procesados. Esta es la dañina que se debe evitar.

Estas son algunas de las razones por las que debes eliminar, o al menos disminuir el consumo de azúcar:

Es adictiva: al igual que las drogas, el azúcar provoca la liberación de dopamina en el cerebro, lo que genera una sensación de placer que el cuerpo continúa pidiendo constantemente. Con su consumo habitual, el organismo desarrolla tolerancia, lo que “obliga” a la persona a consumir mayores dosis para lograr el mismo efecto. Si quieres hacer la prueba, puedes evitarla por una semana o un mes y observar algunos síntomas de abstinencia, que pueden ir desde mal humor, dolor de cabeza y agotamiento físico o mental, hasta cuadros de ansiedad más avanzados. Sin embargo, superado este umbral, solo verás beneficios, así que vale la pena el intento.

Contribuye a la proliferación del cáncer: el azúcar genera en el organismo un ambiente favorable para el desarrollo de células cancerígenas, contexto apropiado también para su multiplicación. Si el sistema inmunitario de la persona, además está débil y no detecta dichas células, el desarrollo de la enfermedad es casi inminente.

Es dañina para la salud del corazón: el consumo de azúcar, además de elevar los triglicéridos, disminuye los niveles del colesterol bueno (HDL) y aumenta los del malo (LDL). Todos estos factores, de forma individual y conjunta, aumentan los riesgos de padecer una enfermedad cardiovascular.

Favorece el aumento de peso: además de aportar calorías vacías, carentes de vitaminas, minerales y fibra, favorece la acumulación de grasa abdominal. Otro de sus efectos es la resistencia a la leptina, una hormona que se encarga de informar al cerebro que hay saciedad. Es decir, su alto consumo te mantendrá con una sensación de hambre permanente.

Perjudica la salud bucal: las bacterias que habitan en la boca al estar en contacto con azúcares, generan un ácido que ataca los dientes durante 20 minutos o más, ayudando a la aparición de caries.

Vuelve tu dieta más pobre: debido a la adicción que crea y a que es un gusto adquirido, inicias un círculo vicioso en el que prima el consumo de alimentos procesados y azucarados por sobre los naturales. Por el acostumbramiento de tu paladar, lo natural, incluso aquello de sabor dulce, ya no te parecerá tan apetecible.

Causa problemas metabólicos: cuando la hiperglucemia (nivel elevado de azúcar en la sangre) es frecuente y sostenida en el tiempo puede ocasionar resistencia a la insulina y/o pre diabetes.

Favorece el desarrollo de Alzheimer: junto con acelerar el proceso de envejecimiento, su consumo en exceso inhibe la proteína responsable de la formación de nuevos recuerdos, lo que estaría vinculado con el desarrollo del Alzheimer.

Puede dañar tu hígado: cuando el exceso de azúcar no utilizado como energía se almacena ahí de forma constante, formando grasa en su interior, lo que resulta en una esteatosis hepática, enfermedad también conocida como “hígado graso”, el mismo efecto que obtiene una persona que abusa del alcohol.

Genera problemas a la piel: afecta negativamente las fibras de proteínas de colágeno y elastina, componente que mantienen la piel firma y elástica. Por otra parte, también se relaciona con la aparición de acné, ya que dicho problema cutáneo sería un tipo de respuesta inflamatoria del cuerpo ante las alzas de insulina.