◗ Mejoro mi dicción …. Aumento mi concomimiento La vacuna del amor
Lucía A., una científica atómica
Si yo fuera científica inventaría la vacuna contra la guerra. Vacunaría a todos los bebés recién nacidos; y así ya no padecerían nunca esa enfermedad.
Nadie tendría ganas de pelear, de enfadarse, de discutir, y no habría ninguna guerra y todos viviríamos en paz. La vacuna la inventaría mezclando grandes dosis de amor a los átomos de cariño, alguna molécula de paciencia, de tran- quilidad, buenas dosis de amistad, bondad y un poquito de ternura, ¡ah, se me olvidaba! y una cucharada bien grande de simpatía.
La vacuna se inyectaría cerca del corazón de cada niño y no tendría ningún efecto secundario, al contrario, nada más ponerla, ya se notaría que va haciendo efecto, los niños se volverían más alegres y buenos. Desde ese momento, se des- truiría en ellos cualquier sentimiento o pensamiento malo que pudieran tener.
La vacuna se pondría en los hospitales y haría una cantidad muy grande de vacuna para que llegara a todos los hospitales del mundo y no se quedara ningún niño sin vacunar.
La pena es que esta vacuna solo se puede poner a los niños recién nacidos porque los mayores ya han pasa- do por esta enfermedad y no podrían vacunarse porque no les haría efecto, así que habría que esperar unos años para que los efectos de la vacuna alcancen al mundo entero.
1. ¿Cómo se llama la vacuna que propone esta pequeña científica?
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2. ¿Con qué acabaría esta vacuna muy moderna?
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3. ¿Qué vacuna tu propondrías si fueras científica y qué enfermedad curarías?
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