Arantxa es una joven alpinista que vive en Alicante, ciudad que está al nivel del mar, a la que le gusta tomar infusiones. Para ello hierve agua en una olla de un litro de volumen y tarda unos 20 minutos. Arantxa coronó por primera vez el pasado verano los 8848 m del Everest. Fiel a su costumbre, llevó su olla y en la cumbre se tomó una infusión. Comprobó que el agua hervía a 60 °C y que la infusión le salió malísima. Pensando que era un problema relacionado con la olla, a la vuelta, Arantxa se compró una nueva olla a presión del mismo volumen que la anterior y observó, colocando un termómetro en su interior, que la misma cantidad de agua hierve a 120 °C, y además consiguió reducir el tiempo de ebullición