Bienvenido a Revelroom.ca, donde tus preguntas son respondidas por especialistas y miembros experimentados de la comunidad. Encuentra soluciones rápidas y fiables a tus dudas gracias a una comunidad de expertos dedicados. Encuentra soluciones detalladas a tus preguntas con la ayuda de una amplia gama de expertos en nuestra amigable plataforma de preguntas y respuestas.

puntos)
TEXTO B
Mal, pero no tan mal
Conozco a hombres y mujeres mayores de 75 años que duermen con mascarilla FFP2 y no salen de casa, ni dejan que nadie entre en ella. Conozco a personas mayores que dejan pasar a todos los miembros de la familia porque [...] si renunciamos a la vida es que ya estamos muertos. Conozco a personas adictas a los antígenos. Se hacen test mañana y noche, y obligan a testarse a suegros, primos y cuñados para sentarse en la misma mesa. Por si acaso. Conozco a personas que se han dejado una pasta en PCRs. Conozco a personas adultas que no dan besos ni abrazos a nadie desde hace dos años. Conozco a gentes tan ingenuas que quieren investigar a fondo para averiguar cómo y dónde se han contagiado. Conozco a positivos que no tenían vida social y a negativos que no paran en casa. Conozco a hombres y mujeres que ponen cara de seria preocupación cuando se enteran de que un conocido ha dado positivo. He visto gestos y miradas de sospecha, porque si has pillado el virus igual es que has hecho algo que no debías. A ver si procuramos no incurrir en conductas de riesgo, vienen a insinuar esas miradas. Conozco a otras personas que hacen todo lo contrario. Exhiben su test positivo en las redes como si fuera un trofeo. ¡Ya está aquí! Y, una semana más tarde, ponen el negativo para celebrar su limpieza.
Conozco a personas que no se han contagiado y piensan que tienen algún tipo de inmunidad mágica o de don especial, y que por eso el virus resbala en sus cuerpos sin entrar en ellos. He escuchado a las autoridades sanitarias decir que hay que vacunarse de la tercera dosis al mes de haberse contagiado. Y acto seguido he escuchado a virólogos sostener que esa norma es completamente inútil. Conozco a personas que tienen pánico, a covidianos y anticovidianos, a espectadores que ya no ven las noticias, a otros que se encogen cuando ven las cifras de muertos por covid –vuelven a contarse por centenares– y a los que se inmutan algo, pero poco.
Así entre estoicos, resignados, incrédulos y escépticos, vamos cruzando el desfiladero de la sexta ola, esa en la que el virus decidió que tendríamos que cuidarnos y a nosotros mismos porque no habría sistema sanitario que pudiera hacerse cargo de millones de contagios. Estamos mal, sí, pero no tan mal. Podríamos estar mucho peor de la cabeza.
Lucía Méndez, El Mundo (22/01/2022)
Responda a las siguientes cuestiones si ha elegido el texto B:
1. Identifique las ideas del texto, exponga de forma concisa su organización e indique razonadamente su estruc- tura. (1.5 puntos)
2. Explique la intención comunicativa de la autora (0.5 puntos) y comente dos mecanismos de cohesión distintos que refuercen la coherencia textual. (1 punto)
3. ¿Cree que un gobierno puede decretar la obligatoriedad de una vacuna para sus ciudadanos? Elabore un discurso argumentativo, entre 200 y 250 palabras, en respuesta a esta pregunta, eligiendo el tipo de estructura que considere adecuado.