Función de lenguaje que predomina
Mario Molina (Ciudad de México, 1943). Científico mexicano especializado en química atmosférica que investigó los efectos dañinos de los CFC (Compuesto de flúor, carbono e hidrogeno, que contribuye al ensanchamiento del agujero de la capa de ozono). De la trascendencia de sus estudios dan fe la firma en 1994 de un protocolo internacional que prohibió la fabricación de CFC y el Premio Nobel de Quimica que le fue otorgado en 1995. Mario Molina es, asimismo, una de las figuras más representativas de aquel sector de la comunidad cientifica comprometido en causas medioambientales como la lucha contra la contaminación. Durante la década de 1960 cursó estudios en la Facultad de Quimica de la Universidad Nacional Autónoma de México. Realizó estudios de postgrado en Alemania, y obtuvo el doctorado en la Universidad de California, Berkeley, en 1972. Vinculado al Instituto Tecnológico de Massachussets desde 1989, adquirió la ciuda- dania estadounidense y fue nombrado profesor titular en 1997. Además de su trabajo docente, realizó una fructifera labor de investigación, intere- sándose, sobre todo, por el problema ambiental. Molina se convirtió en un científico renombrado por sus contribuciones al conocimiento de la química de la atmósfera terrestre, en particular de la estratosfera. Fue uno de los primeros cienti- ficos en alertar al mundo sobre el peligro que representan para la capa de ozono los clorofluorocarbonos (CFC) empleados en aerosoles, refrigerantes y solventes, tanto de uso industrial como doméstico. Molina y su colega estadounidense F. Sherwood Rowland no se limitaron a señalar el adelgazamiento de la capa de ozono sobre la Antártida. En 1974 divulgaron sus teorías en un artículo en la revista Nature. Para los investigadores, los clorofluoro- carbonos (CFC), que se habían estado utilizando desde 1940 en aplicaciones como las citadas, estaban destruyendo la capa de ozono estratosférico. Tal capa protege a los seres vivos de los letales rayos ultravioleta provenientes del Sol, lo que justi- ficaba la alarma y la necesidad de tomar medidas. Sin embargo, sus advertencias fueron en aquel momento menospreciadas y consideradas excesivas por un sector de investigadores. Desde 1974 divulgó sus descubrimientos sobre esta materia y asesoró a empresas e instituciones públicas y privadas. Puesto que su descubrimiento afectaba intere- ses de poderosas compañías químicas, Molina y Rowland tuvieron que defender Su teoría ante la sociedad y los políticos. Al final, las grandes empresas fabricantes de esta "sustancia maravillosa", como llegó a ser considerada por su estabilidad quimica, reconocieron el hecho.