1. “Yo sé”, “yo creo”, “yo dudo”. ¿Qué frase creen que representa la actitud de cada uno de los cuatro amigos?
Esteban se sentó frente a la mesa del bar dispuesto a contarle a sus amigos, Marcos, Joaquín y Carlos, qué tal le había ido en su viaje por Europa. Luego de relatarles las excursiones que había realizado por diversos países, comentó:

Esteban: A que no saben a quién vi en Venecia...

-¿A quién? -preguntaron casi al unísono.

Esteban: A María -respondió Esteban.

Marcos, con gesto de estar desconfiando de su amigo, le preguntó:

Marcos: ¿Estás seguro de que era ella? ¿Hablaste con ella?

Esteban: No hablé, pero la vi perfectamente. Estaba a pocos metros de mí y llevaba puesta la campera que usa siempre.

Marcos: Es imposible que haya sido ella -insistió Marcos.

Esteban: -¿Estás desconfiando de mi palabra? ¿Te parece que me gusta inventar cuentos?

Marcos: No -respondió Marcos-, simplemente digo que tal vez te hayas confundido de persona. ¿Acaso nunca te equivocaste y creíste ver u oír algo y resultó ser que no era así?

Esteban: -Obviamente que en ocasiones me ocurrió. ¿A quién no? Pero si voy a desconfiar hasta tal punto de mi percepción... Era su cara, su ropa... Pero ¿por qué te parece imposible que haya sido ella?

Marcos: -Porque en esa fecha ella tenía que rendir su último examen en la Universidad y, conociéndola como la conocemos, sabemos que jamás pospondría un examen, y menos el último, por un viaje que bien podría hacer más adelante.

Carlos: -Parece que su razonamiento es perfecto. Desde ese punto de vista es imposible que haya sido María a quien viste en Venecia -acotó Carlos dirigiéndose a Esteban.

Joaquín: -¿Están desconfiando de nuestro amigo? -preguntó Joaquín, algo enojado- Si Esteban dice que fue María a quien él vio, entonces yo creo que debe ser así. ¿Por qué nos mentiría? Su vista es buena y es un amigo de confianza de toda la vida.

Carlos: -¡No seas ingenuo! -intervino Carlos- Aun alguien con vista perfecta y buenas intenciones puede...

Esteban: -¿Mentir? ¿Ibas a decir mentir? ¿Estabas por tacharme de mentiroso? -dijo Esteban comenzando a levantar la voz y a punto de pararse, como si quisiera irse. -Yo sé que era María porque la vi, y eso es más que suficiente para mí, y debería serlo para todos ustedes.

Marcos: -¡Y yo sé que eso que estás diciendo es imposible por las razones que te di antes! - le contestó Marcos en un tono también algo elevado:

Carlos: -Tu argumento es perfecto -intervino Carlos intentando calmar los ánimos-. Sin embargo, un argumento correcto puede llevarnos a conclusiones falsas. Por otra parte, Esteban, nadie habló de mentir, sino simplemente de un posible error involuntario.

Marcos: -Cuando razonamos correctamente solo podemos llegar a conclusiones falsas si partimos de datos falsos; sin embargo, ¿qué se puede cuestionar acerca de las razones que di para demostrar que María no podía estar en Venecia para esa fecha? ¿Acaso se te ocurre que decidió, súbitamente, dejar la carrera cuando estaba por rendir su último final?- inquirió Marcos.

Carlos: -Quizás haya factores que no estamos teniendo en cuenta... Tal vez...

Mientras Carlos estaba avanzando en sus dichos, se escuchó una voz femenina.

María: -¡Hola!

-¡María! -gritaron los cuatro.

María: -¡Epa! ¿Qué les ocurre conmigo?

Esteban: -¡Por favor, necesito que me digas en forma urgente si el 20 de noviembre estabas en Venecia! -le rogó Esteban con tono de desesperación.

María: -No -contestó ella.

Marcos: -¡Ja! -rió Marcos en tono socarrón- Te dije que era imposible...

Pero María interrumpió diciendo:

María: -En la segunda quincena de noviembre viajé a Estados Unidos para festejar que me recibí. ¡Ah! Les mentí con relación a la fecha porque no quería que me fueran a ver; tenía miedo de no aprobar.