"No ignoro que muchos creen y han creído que las cosas del mundo están regidas por la
fortuna y por Dios, de tal modo que los hombres más prudentes no pueden modificarlas; y,
más aún, que no tienen remedio alguno contra ellas. De lo cual podrían deducir que no vale
la pena fatigarse mucho en las cosas, y que es mejor dejarse gobernar por la suerte. [...]
Y yo, pensando alguna vez en ello, me he sentido algo inclinado a compartir el mismo
parecer. Sin embargo, y a fin de que no se desvanezca nuestro libre albedrío, acepto por
cierto que la fortuna sea juez de la mitad de nuestras acciones, pero que nos deja gobernar
la otra mitad, o poco menos.
Yla comparo con uno de esos ríos antiguos que cuando se embravecen, inundan las llanuras,
derriban los árboles y las casas y arrastran la tierra de un sitio para llevarla a otro; [...] Y
aunque esto sea inevitable, no obsta para que los hombres, en las épocas en que no hay
nada que temer, tomen sus precauciones con diques y reparos.
Así sucede con la razón, que se manifiesta con todo su poder allí donde no hay virtud
preparada para resistirle y dirige sus ímpetus allí donde sabe que no se han hecho diques ni
reparos para contenerla".
Maquiavelo, Nicolás (1513). El Príncipe.
Explica 2 ideas o principios medievales que reconoces en el texto
Explica 2 ideas o principios humanistas que reconoces en el texto.